Una larga tradición que se da en las bodas es regalar cosas útiles a la nueva pareja, solo a ellos no se les aplica el dicho, “es mejor dar que recibir” pues seguramente más de uno nos dirá que recibió el mejor regalo de su vida el día de su boda.
Dar obsequios el día de una boda muestra el aprecio que se siente hacia la nueva familia, además deja ver el tiempo y dedicación que se invirtió al escogerlo. Se puede agregar un toque personalizado a este regalo si se adjunta una tarjeta personalizada para felicitar y augurar éxitos y mucha felicidad. El valor de este regalo no se mide por el costo monetario pero si se debe tomar en cuenta los gustos de la pareja.
Regularmente quienes reciben los regalos en la recepción son los integrantes de la corte de honor encabezada por la dama de honor y el padrino, las madrinas de la boda, las niñas de las flores, y quienes llevan los anillos al altar, que regularmente son niños pequeños.
Un gesto de amabilidad es obsequiar algo pequeño a las personas que ayudaron a la realización de la boda, o hicieron algo especial ese día, puede ser a los padres, a quien realizó una lectura o a uno de los amigos que contribuyeron a que la feliz historia de amor de esta pareja funcione.
Personalice el obsequio utilizando papel de regalo especial y colocando varios adornos como flores y cintas para que impacte más a la pareja. Si se hace una cena de ensayo, ese es el mejor momento para entregar su obsequio, pues es más íntimo y todas las personas que estiman estarán presentes.
La tradición de dar obsequios a la pareja hace que el día de la boda sea más especial y personal para cada una de las parejas.